Si te guías por los cánones de belleza vigentes actualmente, lograr una figura delgada y esbelta presumiblemente te haría más feliz.
Sin embargo, esta idea intuitiva acaba de ser derribada por un estudio realizado por la University College London y que ha sido publicado en la revista PloS One.
Para llegar a esta conclusión sobre la salud mental de quienes adelgazan, se llevó a cabo un análisis de de 1.979 adultos con sobrepeso y obesidad que perdieron el 5% o más de su peso corporal inicial durante un período de seguimiento de 4 años.
Los resultados fueron que, si bien los participantes estaba más sanos y tenían una mejor salud física, también eran más propensos a sentirse deprimidos, en comparación con los que se mantuvieron en su peso original. Según Sarah Jackson, autora principal del estudio:
No queremos desanimar a nadie que quiera tratar de bajar peso, ya que tiene enormes beneficios físicos, pero las personas no deben esperar la pérdida de peso para mejorar al instante todos los aspectos de su vida. La publicidad de las dietas puede dar expectativas poco realistas acerca de la pérdida de peso. A menudo prometen mejoras de la vida inmediatas, que no puede ser corroboradas en la realidad para muchas personas. Así que la gente debe ser realista acerca de la pérdida de peso y estar preparada para los desafío.
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