Más de 5 millones de estudiantes se quedaron sin clases el día de hoy, ¿el motivo? Sus trabajadores y maestros salieron a marchar. El Distrito Federal y Oaxaca fueron focos de marchas el día de hoy. Las movilizaciones en la provincia fueron encabezadas por el Sindicato de Trabajadores y Empleados de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (STEUABJO) y la sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). Mientras que la de la capital del país fue dirigida por la sección 9 democrática del Distrito Federal.
Las marchas en nuestro país son recurrentes, las sindicales más. Los motivos similares. Los trabajadores universitarios cerraron las entradas a escuelas y facultades desde las siete de la mañana, exigiendo a las autoridades respuesta a una serie de demandas que presentaron desde noviembre del año pasado ante la Junta de Conciliación y Arbitraje (JLCA). Resultado: cerca de 30 mil estudiantes sin clases.
Por su parte, los profesores de la Sección 22 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), lo hicieron por un problema que ya está más bien añejado, pero que sigue sin resolverse: la controvertida Alianza por la Calidad de la Educación (ACE). Se trata de una “alianza”, firmada en 2008 —cuando todavía Josefina Vázquez Mota, era secretaria de Educación Pública y no la gallina de algunos panistas—, entre el Gobierno Federal y los maestros representados por el SNTE, en la que se propone impulsar una transformación por la calidad educativa —bastante necesaria, dicho sea de paso—.
¿Si esa “alianza” la firmaron los del SNTE, por qué protestan? Porque entre los puntos está el de presentar examen nacional para obtener una plaza —las plazas son pocas y los egresados muchos, así que como no alcanzan, tendría que concursar por ellas—. Pero en Oaxaca no se llevó a cabo el concurso por la resistencia del Magisterio Democrático a tomar el examen. Así que entregaron al Congreso de la Unión una demanda de acción de inconstitucionalidad contra la ACE, y aprovecharon para exigir la presentación con vida de desaparecidos del movimiento magisterial y parar las reformas que “atentan contra la clase trabajadora del país”.
Resultado: además de dejar sin clases a cerca de un millón 300 mil estudiantes de educación básica, tomaron carreteras, acordonaron el Congreso local, bloquearon tiendas departamentales, tomaron oficinas públicas y dejaron libre el paso del tránsito vehicular en las casetas de cobro —su experiencia en movilizaciones es evidente—.
En el DF, las marchas se dividieron: unos caminaron del Ángel de la Independiencia a San Lázaro. Otros se fueron a Los Pinos para solicitar una audiencia con el secretario particular del Ejecutivo. Sus demandas son la cancelación de los nuevos lineamientos de la Carrera Magisterial, la evaluación universal y la defensa de un mayor presupuesto para la enseñanza.
Resultado: Pararon las actividades de aproximadamente 70 por ciento de las escuelas públicas del DF, esos son 2 mil 800 centros de trabajo y 4 millones de niños sin clases. Aunque a decir de Luis Ignacio Sánchez, administrador federal de Servicios Educativos en la capital, sólo participaron 20 por ciento de los planteles.
El panorama de la educación es nuestro país es desalentador, el rezago preocupante, la calidad de la enseñanza cuestionable, y pensar que hay quienes dicen que la revolución debe empezar en la educación, tal vez pedir que se mejore el escenario actual es mucho, eso sí, al menos existe la probabilidad de que si esa revolución se dé, sea vía manifestaciones.
Imagen: Revolucionesmx
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