¿Se acuerdan de la influenza A H1N1? —Esa que al principio se llamaba influenza porcina, pero como el mundo es tan dado a lo políticamente correcto se cambio por el eufemismo que ahora todos conocemos—. ¿Se acuerdan de la psicosis desatada? ¿Se acuerdan de los cubrebocas que todos teníamos que usar y que unos adornaron muy coquetamente? Pues, al parecer, aprendimos la lección porque este año sólo se han detectado 537 casos y nueve defunciones ocasionadas por este virus —aunque lamentables, no están ni cerca de los más de 4 mil casos y 80 muertes de 2009—.
La Secretaría de Salud confirmó que se han registrado 3 mil 266 casos de enfermedades con características de influenza, de los cuales se corroboraron 637 casos, 90 por ciento de los cuales corresponden a influenza A H1N1, eso significa que estamos todavía muy lejos del indicador de alarma, que es de 20 por mil.
En septiembre de 2010 se habló de la posibilidad de que nuestro país comenzara a producir la vacuna contra la influenza. Un mes después, Felipe Calderón anunció que México estaba preparado para afrontar una pandemia por este virus. En 2011, el rebrote inició en Chihuahua, pero se empezaron campañas de vacunación masiva. En esta ocasión, la Secretaría de Salud puso a disposición, desde octubre pasado, alrededor de 22 millones de dosis de vacunas, de las cuales ya se han aplicado más de 60 por ciento.
Después de tanto susto, ya estamos aprendiendo algo en materia de prevención y es cosa que hay que celebrar, lo que parece que nunca vamos a aprender es en cuanto al frío, pues, de acuerdo con la dependencia, se han contabilizado 37 muertes causadas por bajas temperaturas. A principios del año, por este medio, adelantamos un poco las cifras y las razones, por lo menos en cuanto al saldo de muertos por frío en Chihuahua.
Sí, en nuestro país es más probable morir por frío (intoxicación, hipotermia, quemaduras), que por A H1N1. Sin embargo, eso no es motivo para bajar la guardia, si algo nos han enseñado las películas de zombies es que las catástrofes empiezan con pocos casos y nunca falta el contagiado que lo oculta y termina atacando a sus compañeros. Recordemos que los síntomas son similares a los de la influenza o gripe estacional, así que más vale ir al doctor para que dé un diagnóstico adecuado y el tratamiento correspondiente. Y tampoco está demás practicar todas esas cosas que nos han dicho desde chicos y que se aprendieron al dedillo en el 2009: lavarse las manos; taparse la boca y la nariz al estornudar o toser con un pañuelo desechable o, si no hay, con el pliegue del codo; ventilar las habitaciones… ya saben, esas cosas. Más vale que nos digan paranoicos a tener que estar encerrados otra vez.
Imagen: Diario Portal
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