Xing Xu, el cazador chino de dinosaurios: |
A sus 43 años, Xing Xu ha descubierto más de 60 especies, más que cualquier otro paleontólogo vivo. Bautizado como el "Indiana Jones de la paleontología" por algunos medios, su trabajo se ha hecho tan popular que incluso protagonizó un anuncio de Toyota. Su descripción de los fósiles con plumas, escribe Kerri Smith en Nature, ha ayudado a comprender que las aves descienden de los dinosaurios y ha terminado con décadas de debate. Su trabajo también ha cuestionado que el famoso Archaeopteryx fuera el ave más antigua y ha ayudado a comprender cómo aparecieron y evolucionaron las plumas.
"Los dinosaurios son la parte más importante de mi vida", confiesa. "Todavía no comprendemos plenamente las especies que hemos descubierto. Ir al desierto para descubrir nuevas especies, explorar lo desconocido, es el mejor trabajo del mundo".
Curiosamente, Xu no tenía ni idea de lo que era un dinosaurio hasta que entró en la universidad. Criado en la remota provincia de Xinjiang, Xu jamás jugó de niño con dinosaurios ni tenía el menor interés por estas criaturas. "Era un lugar desolado", recuerda, "No había manera de oír hablar de los dinosaurios ni de tener juguetes de dinosaurios". Una vez en la universidad, su intención era estudiar economía o informática, pero por entonces el gobierno chino no daba opción y fue obligado a estudiar paleontología. "Era mi destino", asegura en las entrevistas.
Su mujer Zhonghia Zhou, que trabaja en el Instituto de Geología y Geofísica de Pekín, se queja de que los dinosaurios han absorbido su vida, por lo que Xu está intentando pasar más tiempo con ella y sus dos hijos, de 7 y 12 años. Su obsesión ahora es comprender cómo los dinosaurios no avianos desarrollaron las plumas y si su plumaje era diferente del de las aves modernas. Muchas de las respuestas a estas preguntas están bajo la arena del desierto.
Curiosamente, Xu no tenía ni idea de lo que era un dinosaurio hasta que entró en la universidad. Criado en la remota provincia de Xinjiang, Xu jamás jugó de niño con dinosaurios ni tenía el menor interés por estas criaturas. "Era un lugar desolado", recuerda, "No había manera de oír hablar de los dinosaurios ni de tener juguetes de dinosaurios". Una vez en la universidad, su intención era estudiar economía o informática, pero por entonces el gobierno chino no daba opción y fue obligado a estudiar paleontología. "Era mi destino", asegura en las entrevistas.
Su mujer Zhonghia Zhou, que trabaja en el Instituto de Geología y Geofísica de Pekín, se queja de que los dinosaurios han absorbido su vida, por lo que Xu está intentando pasar más tiempo con ella y sus dos hijos, de 7 y 12 años. Su obsesión ahora es comprender cómo los dinosaurios no avianos desarrollaron las plumas y si su plumaje era diferente del de las aves modernas. Muchas de las respuestas a estas preguntas están bajo la arena del desierto.
| La Informacion
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