NAUCALPAN, Méx.- Después de romper vidrios y puertas para entrar a la residencia del terror, policías judiciales del Estado de México pedían a gritos “¡tapabocas!, ¡tapabocas!”, por el olor putrefacto que emanaban cadáveres de mascotas y excremento acumulado por años.Más de 50 mascotas, por lo menos seis de ellas muertas, fueron encontradas entre inmundicia y en estado de abandono, entre comida y excremento acumulado en cuatro recámaras, cocina y patio de lo que para los vecinos de Pastores fue la casa del terror.
En la casa 32 de la calle La Capilla del fraccionamiento Pastores, un presunto veterinario que se desempaña como verificador sanitario del Instituto de Salud del Estado de México (ISEM), mantuvo por más de siete años un criadero inmune de perros de raza, que presuntamente comercializada en varios miles de pesos cada uno.
La residencia permanecía con cortinas raídas y luces encendidas las 24 horas del día, por lo que los vecinos presumían que además de los perros hacinados en un patio trasero, en el interior había incubadoras con crías de canes.
Para evitar ladridos masivos, presuntamente los padres de las crías fueron sometidos a operaciones quirúrgicas para cortarles las cuerdas vocales, por lo que los animales que se encontraban en un reducido patio trasero de la casa, sólo emitían sonidos guturales roncos, según revelan pinzas y tijeras médicas encontradas en el lugar, que deben servir para una investigación, sobre las actividades de este servidor público del ISEM.
El lugar lucía desde la entrada, con objetos amontonados, similares al de un acumulador de basura, que convirtió una residencia aún con muebles en criadero de mascotas.
La noche del jueves, el procurador ambiental mexiquense, Juan Jacob Pérez Miranda, encabezó un operativo que se prolongó hasta la madrugada de este viernes, en la residencia donde recataron 44 perros chihuahueños, pomerania –que se cotizan entre mil y mil 500 dólares- y schnauzer, entre otras razas.
Además de canarios vivos, en jaulas con cadáveres de otras aves, así como cuatro perros muertos, cuyos cuerpos se encontraban entre la inmundicia.
Los cachorros se encontraban dentro de cajas de cartón y en jaulas ubicadas en cuatro recámaras de la casa, así como hembras a punto de parir, donde había montones de medicamentos y botes con sustancias químicas, instrumental médico y suero dispuesto en ganchos, para la recuperación de animales enfermos.
Otra veintena de perros adultos, sucios y expuestos al sol, lluvia y el frío se encontraban en el patio trasero de la casa, entre excremento y platos vacíos, tomando agua de lluvia.
Personal de la Procuraduría General del Justicia del Estado de México (PGJEM), apoyó el operativo de cateo, decomiso y rescate de mascotas, que fueron trasladados a la perrera municipal, llamada hoy “Centro de Bienestar Animal”, donde los canes y aves serán sometidos a revisión médica, vacunación y limpieza en un periodo de cuarentena, antes de ser entregados a alguna sociedad protectora de animales.
Voluntarios de Asociaciones Protectoras de Animales de México (APASEM) acudieron a esta casa durante el operativo, donde certificaron “el estado deplorable y dantesco” en el que permanecían las mascotas, muchas de ellas salían del lugar defecando, muestra de cuadros agudos de diarrea, indicó Enrique de Anda Giner.
Durante el cateo, llegó a la residencia un hombre que se identificó ante el agente del Ministerio Público, como hermano y abogado del propietario de la casa, quien pidió le mostraran la orden de cateo, que fue emitida por un juez.
| Universal Edo Mex
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