
En Estados Unidos, estos locales no están mal vistos del todo porque, a pesar de las apariencias, que una bailarina practique el denominado lap-dance, una modalidad de baile que consiste en sentarse sobre las piernas del hombre que le ha puesto dinero en la ropa interior moviéndose a ritmo libidinoso de la música, no está considerado prostitución.
Miller y sus ayudantes se dedicaron a observar la rutina laboral de 18 bailarinas durante 70 días. Los resultados los comenta Jörg Blech en su libro El destino no está escrito en los genes:
Registraron dos tipos de datos: cómo evolucionaba el ciclo menstrual de las bailarinas y a cuánto ascendían sus ingresos diarios. Cuando cotejaron los datos, el grupo de investigadores se topó con un resultado cuanto menos sorprendente: los hombres eran especialmente generosos cuando la bailarina se encontraba en sus días fértiles. En los días en torno a la ovulación, las mujeres ganaban una media de trescientos treinta y cinco dólares al día; por el contrario, cuando estaban menstruando, la cantidad disminuía a ciento ochenta y cinco dólares.Esta investigación, como era de esperar, recibió el premio IgNobel de Economía de 2008. Estos premios se entregan a investigaciones serias que, por su tema o sus implicaciones, “primero hacen reír y luego pensar”, como dicen los organizadores.
| Xataka
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Todo comentario es sujeto a moderación. Piensa antes de enviar.