Normalmente en invisible. Aunque, a veces, cuando flota delante de una ventana por la que entra un rayo de sol, entonces lanza pequeños brillos, como si fueran joyas diminutas flotantes. Algunos somos alérgicos a él. Sin embargo, sin el polvo el mundo se acabaría.
¿Qué hay en el polvo? ¿De qué está compuesto?
En el aire que respiramos hay miles de cosas en suspensión. La brisa hace flotar en el aire diminutos organismos, polvo, la escama irisada de una mariposa, la pata de algún insecto, esporas y demás miniaturas suspendidas en el aire que conforman el aeroseston.
Pero ¿cuáles son las cifras anuales de objetos liliputienses que pasan a formar parte de la atmósfera?
3.000 millones de toneladas de polvo y arena de los desiertos.
3.500 toneladas de sal de los océanos.
1.000 millones de toneladas de compuestos químicos orgánicos, que son expelidas por los árboles y plantas. Una tercera parte se convierte en diminutas esferas.
Los volcanes, el placton y los pantanos envían entre 20 y 30 millones de toneladas de compuestos de azufre, la mitad de los cuales forma pequeñas motas.
Los árboles y pastizales quemados contribuyen con 6 millones de toneladas de hollín negro.
Las llantas de los automóviles sobre el pavimento lanzan al aire toneladas de partículas de caucho, que últimamente se consideran como grandes culpables del asma.
Los glaciares de todo el mundo van pulverizando lentamente las montañas por las cuales se desplazan, enviando polvo en cantidades que aún son desconocidas.
El diario pulimento y trabajo con los metales envía esferas microscópicas de cobre, hierro, bronce, oro y plata.
También viajan las partículas vivas, como hongos, esporas, virus, diatomeas, polen, bacterias, fibras de hojas descompuestas, ojos de mosca, patas de arácnido, escamas de las alas de las mariposas, piel de elefante o pelos de oso polar, en cantidades desconocidas.
Toda una colección de objetos que parecen transportarse alrededor del mundo bajo la influencia de la telequinesis. Pero lo cierto, aunque nos pueda parecer “sucio” que continuamente nos llueva polvo de otros lugares, sin ese polvo no habría vida en la Tierra.
Sin la arena que llega desde el Sahara y la Amazonia, el suelo estaría empobrecido, sin nutrientes.
Para los más escrupulosos, diré que si el planeta estuviera completamente limpio, sería entonces muy caluroso y húmedo. Sin el polvo, el vapor de agua no comenzaría a condensarse hasta que la humedad relativa llegara al 300 %.
Sin polvo tampoco habría casi nubes, ya que el vapor de agua se adhiere a las superficies de los granitos de polvo.
Así de importante puede ser lo que apenas se ve y, a veces, nos hace estornudar.
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