El psicólogo Serge Onyper de la Universidad St. Lawrence asegura que tener un chicle durante cinco minutos en la boca es suficiente para mejorar las funciones cognitivas de las personas hasta 20 minutos después.
Para llegar a dichas conclusiones, Onyper trabajó con un grupo de 224 estudiantes universitarios que realizaron una serie de pruebas cognitivas muy variadas y de distinto nivel de complejidad. Los dividió en tres grupos de manera que algunos masticaron un chicle durante cinco minutos antes de comenzar las pruebas, otros lo hicieron antes y durante el examen, y el resto dejó de lado el chicle.
Los especialistas notaron que masticar el chicle durante al menos cinco minutos justo antes de realizar las pruebas brindó muchos beneficios a los voluntarios, ya que lograron obtener un desempeño marcadamente mejor. Onyper aclaró que esta ventaja, es decir la mejora en las funciones cognitivas, duró entre 15 y 20 minutos.
Los voluntarios que siguieron masticando el chicle mientras hacían las pruebas no mejoraron sus resultados. Los expertos creen que esto se debe a que masticar el chicle y pensar al mismo tiempo exige demasiado al cerebro (la mejor respuesta para quienes hacen el viejo chiste, ese de tratar de pensar y masticar un chicle al mismo tiempo) y por eso disminuye el desempeño cognitivo.
Aunque los investigadores no saben a ciencia cierta la causa detrás de este beneficio de mascar chicle, creen que el hecho de poner el cuerpo en movimiento, en el momento de la masticación, podría estar mejorando el funcionamiento cerebral.
"Algunos procesos cognitivos, como la formación de las memorias, mejoran gracias a cambios fisiológicos asociados con un aumento en la actividad física -afirma Onyper-. Hay mucha evidencia de que el acto de masticar conduce a un incremento en la frecuencia cardíaca y el flujo de sangre."
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