Los padres deben estar involucrados de igual modo que la madre, desde el embarazo. |
La investigación, que aparece en el Journal of Child Psychology and Psychiatry, evaluó a 192 familias inglesas y la interacción de los padres con sus hijos en los primeros tres meses de vida.
Luego se observó el comportamiento de los niños al cumplir el año y la conclusión fue evidente, como explica el doctor Paul Ramchandani, psiquiatra y autor del estudio: "Encontramos que los niños cuyos padres estaban más presentes y eran cariñosos en el contacto con sus hijos presentabanmenos problemas de comportamiento. En cambio, los niños tenían mayores conflictos conductuales cuando sus padres fueron más distantes o interactuaban menos con ellos".
Este vínculo positivo, al parecer, era mayor entre los niños que en las niñas, "quizás porque los niños son más susceptibles a la influencia y la figura de su padre desde una edad muy temprana", precisa Ramchandani, quien hace un par de años publicó un estudio en el que advertía sobre la depresión posnatal masculina.
Allí, se vio que a los tres años de edad, los hijos de padres que habían pasado por un trastorno depresivo, y que, por tanto, tuvieron un apego de menor calidad con sus niños, tenían más trastornos de conducta, emocionales e hiperactividad.
"Esta es una línea de investigación que se viene desarrollando con fuerza en los últimos años. Hoy sabemos que el vínculo con el papá es relevante en términos del desarrollo emocional e integral del niño", comenta la psicóloga Sandra Ahumada, de la Universidad de Chile.
De allí la importancia, por ejemplo, de iniciativas que favorecen la participación del padre, como asistir a los controles durante el embarazo; su ingreso al momento del parto y los cinco días de posnatal masculino con que hoy cuentan en el país, además de la posibilidad de traspasar parte del posnatal de la madre al padre (opción que ha sido utilizada apenas por poco más del 1% de los hombres en los nueve meses que lleva la ley) .
"Durante mucho tiempo se planteó el tema del vínculo, apego y crianza como algo exclusivo de la madre. Había teorías clásicas que consideraban la participación del padre de forma tangencial, más bien ayudando a que la madre estuviera tranquila", comenta el psicólogo Felipe Lecannelier, director del Centro de Estudios Evolutivos e Intervención en el Niño de la Universidad del Desarrollo.
"Este estudio demuestra que la función del papá es igualmente importante", agrega.
Sin embargo, Lecannelier reconoce que, en la realidad, hay un doble discurso. "Los padres deben estar involucrados de igual modo que la madre, desde el embarazo. Pero en la práctica sigue habiendo una participación mayoritariamente materna, entre otras razones, porque los hombres aún sienten que no es su rol, pero también a veces porque la misma madre no quiere perder protagonismo".
En la investigación inglesa, los autores sostienen que desórdenes conductuales en los años preescolares pueden asociarse a una amplia gama de problemas en la adolescencia y en la vida adulta, como dificultades académicas, malas relaciones con sus pares, peor salud mental e incluso delincuencia.
Entre las posibles explicaciones a la relación entre un menor apego del padre y el mayor riesgo de problemas conductuales en los hijos, Ramchandani postula que la ausencia de un vínculo emocional paterno fuerte puede reflejar una serie de alteraciones en la dinámica familiar, como problemas de pareja, que inciden en una menor atención hacia los niños.
En cambio, como la capacidad de los niños de regular sus emociones se desarrolla durante las interacciones tempranas con los padres, aquellos que tuvieron papás más atentos y afectuosos tendrían una mejor forma de enfrentar el estrés y manejar sus emociones.
Lee el articulo original en inglés.
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