Asombrarse ayuda a estar satisfecho con la vida.

Un estudio publicado en la revista Psychological Science revela que las experiencias sobrecogedoras nos hacen más pacientes, más dispuestos a ayudar a los demás y, también, nos hace percibir que tenemos más tiempo libre.

Experiencias de las que te hacen poner los pelos de punta. Es decir, contemplar un paisaje arcádico, unas cascadas monumentales, las vistas masalláticas desde el Empire State Building o revivir la aventura de los primeros astronautas que pisaron la Luna en una proyección de imágenes y música.


Los investigadores, de la Universidad de Standford (EEUU) y liderados por Melanie Rudd, llevaron a cabo diversos experimentos en los que los participantes resolvían ejercicios o encuestas después de observar imágenes sobrecogedoras. Los resultados revelaron que, en comparación con los individuos control, los participantes experimentaban la sensación de tener más tiempo libre. En consecuencia, estas personas se mostraban más pacientes, preferían vivir experiencias antes de poseer más bienes materiales, estaban más satisfechos con la vida y además tenían más ganas de pasar parte de su tiempo ayudando a los demás.
Hay dos cosas necesarias para una verdadera experiencia de asombro: Una es la vastedad perceptiva, es decir, tienes que percibir algo grande en número, tamaño, alcance, complejidad, o socialmente abdicativo. Por otro lado esta la necesidad de acomodarse, es decir, debes sentir que es necesario revisar o actualizar tus estructuras mentales o la manera de pensar o tu comprensión del mundo a fin de comprender lo que te rodea. Así que todo lo que experimentamos en la vida diaria que te lleva a experimentar estas dos cosas pueden estimular el asombro y sus beneficios. Y las cosas que provocan esto y, como consecuencia, el asombro, pueden diferir de persona a persona. Sin embargo, hay algunas cosas que parecen suscitar con mayor frecuencia experiencias impresionantes, por ejemplo la naturaleza, la música o el arte en general o la observación de los logros ajenos. Cosas como las interacciones sociales y los logros personales parecen tener menos probabilidades de provocar asombro.Por supuesto si vives situaciones nuevas, en lugares nuevos, y te encuentras con personas nuevas aumentarían tus probabilidades de experimentar asombro, y así mejorar tu vida.
Xatakaciencia

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