Los humanos ya podían hablar hace 400.000 años

Reconstrucción de Miguelón
en el Museo de la Evolución Humana de Burgos

Al menos, eso afirma ahora un equipo de científicos españoles tras analizar nuevos datos sobre la capacidad anatómica del Homo heidelbergensis para producir y percibir los sonidos emitidos hoy en día por los humanos modernos. Son, aseguran, las evidencias más antiguas del habla humana. Sus resultados se acaban de publicar en la revista Quaternary International.Miguelón, el humano que se paseó por la sierra de Atapuerca hace 400.000 años rodeado por leones y rinocerontes, probablemente maldijo su suerte con un lenguaje complejo y perfectamente articulado antes de morir por una infección en un diente. Miguelón, un Homo heidelbergensis, podía hablar tan correctamente como Miguel Indurain, el Homo sapiens rey del Tour de Francia que le dio nombre en 1992, cuando se desenterró su cráneo fósil.
Los científicos, coordinados por Ignacio Martínez y Juan Luis Arsuaga, ambos del Centro de Investigación sobre la Evolución y Comportamiento Humanos de Madrid, han comparado el oído medio y externo de cinco individuos heidelbergensis de la Sima de los Huesos de Atapuerca con el de cuatro humanos actuales y cuatro chimpancés. El enfoque de los investigadores, obvio pero pionero, es que el oído de un animal debe estar preparado para escuchar los sonidos que él mismo es capaz de emitir. Si no fuera así, los individuos de una misma especie no podrían comunicarse.

Lenguaje complejo

Estudiando el ancho de banda del canal auditivo de una especie desaparecida de la faz de la Tierra se puede saber qué sonidos salían de sus bocas. Un ancho de banda amplio permite recibir sonidos muy diferentes, un rasgo asociado a un lenguaje complejo y articulado. Los resultados demuestran que el oído de los heidelbergensis de la Sima de los Huesos era similar al de los humanos modernos y “claramente diferente” al de los chimpancés, con un ancho de banda estrecho.
“Podemos decir que los sonidos que los heidelbergensis podían emitir no serían muy diferentes de los actuales”, explica Arsuaga, codirector de las excavaciones en Atapuerca. En 1992 apareció el cráneo de Miguelón, el mejor conservado del registro fósil de los homínidos, y también fueron apareciendo desde entonces siete vértebras cervicales que mantenían tieso su cuello. Gracias a estas dos décadas de trabajo los investigadores también han podido ahora calcular las proporciones del tracto vocal del Homo heidelbergensis por primera vez.
Los resultados, subrayan, demuestran que es similar al tracto vocal reconstruido de un neandertal de La Ferrassie, un especimen que vivió hace 70.000 años en el suroeste de Francia y del que se ha sugerido que podía producir todo el rango de sonidos emitido ahora al hablar por los humanos modernos.

«Los sonidos que los heidelbergensis podían emitir no serían muy diferentes de los actuales»


JUAN LUIS ARSUAGA
Codirector de las excavaciones de Atapuerca
“Nuestra siguiente hipótesis es que si los heidelbergensis podían hablar hace 400.000 años y los sapiens podemos hablar, nuestro antepasado común, el Homo antecessor, también podría hablar hace un millón de años”, explica Martínez. Su equipo trabaja ahora con fósiles de australopitecos en África para ver si este género de primates extinto hace dos millones de años también tenía un lenguaje complejo y articulado. De momento no hay fósiles suficientes para confirmar su hipótesis con el Homo antecessor, la especie emblemática de Atapuerca.
Martínez recuerda, además, otros indicios pasados que apuntalan sus resultados. Los chimpancés y los gorilas poseen sacos laríngeos a la salida de la tráquea, como si tuvieran una gaita asociada. Esos sacos aéreos les permiten emitir sonidos audibles a gran distancia, pero les impiden producir sonidos limpios, necesarios para elaborar un lenguaje complejo.

“Blanco y en botella”

Gracias al análisis del hioides del heidelbergensis, un hueso situado en la base de la lengua y encima de la laringe, se sabe que estos humanos de hace 400.000 años no tenían sacos laríngeos. Podían emitir sonidos tan limpios como los necesarios para cantar Rigoletto. “Todo cuadra, es blanco y en botella”, afirma Martínez.
“Son las evidencias consistentes más antiguas del habla humana”, confirma Carles Lalueza, un investigador del CSIC que desveló en 2007 que los cambios adaptativos de un gen clave en el habla humana, el FOXP2, ya estaban presentes en los neandertales. Lalueza analizó entonces restos fósiles de sólo 43.000 años hallados en la cueva asturiana de El Sidrón. “Si te fijas en las capacidades simbólicas de los heidelbergensis es imposible que no tuvieran un lenguaje complejo para explicar sus emociones, para transmitir su tecnología”, añade Lalueza, que no ha participado en este estudio.
En la Sima de los Huesos de Atapuerca hay al menos restos de 28 individuos heidelbergensis. Los investigadores creen que alguien llevó sus cadáveres a esta cavidad hace unos 400.000 años, en un acto considerado como una de las primeras manifestaciones simbólicas conocidas. Además, los científicos de Atapuerca sostienen que se organizaban en bandas de hasta un centenar de individuos y que cazaban con lanzas y jabalinas en una época en la que la Sierra estaba dominada por leones, osos, rinocerontes y grandes ciervos.
“No podemos saber si hablaban o no hablaban, porque estos comportamientos no fosilizan, pero ahora sabemos que tenían el hardware y el software para hacerlo”, señala María Martinón-Torres, del Centro Nacional de Investigación sobre la Evolución Humana. Esta paleoantropóloga, ajena al nuevo estudio, puso en duda en noviembre que los restos fósiles hallados en la Sima de los Huesos pertenecieran al Homo heidelbergensis y apuntó a una nueva especie humana “posiblemente hermana de los neandertales, aunque diferente”.

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