Mañana dará inicio el Buen Fin, una iniciativa promocionada como “el fin de semana más barato del año”. Numerosas tiendas y centros comerciales en todo el país buscarán seducirte con sus descuentos, promociones o meses sin intereses ad infinitum. Será el momento ideal para invertir —que no es lo mismo que “gastar”— en todo aquello que necesitas; como cambiar tu refrigerador por uno que gaste menos energía eléctrica, comprar la llanta de refacción que vienes utilizando desde mediados de año o, incluso, adelantar algunos regalos de navidad. Sin embargo, si todos los electrodomésticos funcionan correctamente; si tu ropa aguanta una temporada más: o si tu coche con una encerada aguanta… ¿No has pensado en invertir en unas vacaciones?
Regalarte unas vacaciones no tiene por qué ser visto como un gasto. Darte una escapada de fin de semana durante este puente puede ser una inversión que reditúe en fortalecer tus lazos emocionales con la familia, los amigos o tu pareja. Piensa que en esta vida, un regalo no tiene por qué ser material: la experiencias duran más tiempo en nuestra memoria y se convierten en esos lugares comunes que evocamos durante cenas, reuniones y encuentros muchos años después. En nuestro país existen múltiples destinos turísticos en los que puedes pasar un Buen Fin sin invertirle tanto dinero. Tal es el caso de los Pueblos Mágicos, lugares que son esenciales para entrar en contacto con los múltiples Méxicos que existen al interior de nuestro país. Cada uno de estos sitios ofrecen, por un lado, atractivos culturales e históricos; por el otro, servicios de primera para hacer de tu visita un evento memorable.
A todo lo largo del país están repartidos nuestros Pueblos Mágicos. A continuación, te presento algunas opciones para pasar este Buen Fin dependiendo de tu ubicación geográfica:
Real de Catorce, San Luis Potosí
Más que una experiencia vacacional, es una experiencia mística. Construido en uno de los puntos más altos del altiplano central, a Real de Catorce sólo se puede acceder cruzando el Túnel de Ogarrio; construcción que tiene más de dos kilómetros de largo. Su fundación en 1775 obedece al auge minero de la zona, el cual, en menos de un siglo, comenzó a declinar, llevando consigo el abandono a este pueblo que poco a poco fue derruyéndose. Actualmente, Real de Catorce es un sitio dedicado exclusivamente al turismo, donde los pobladores ofrecen hospedaje, artesanías y recorridos a caballo para los visitantes. Si eres amante de la fotografía, no te pierdas de los safaris fotográficos que se organizan en la Sierra de Catorce abordo de jeeps de los años cuarentas.
Cuetzalan, Puebla
Dicen que lo importante de un viaje no es el destino, sino el viaje en sí mismo. La ruta para llegar a Cuetzalan desde la ciudad de Puebla ofrece una multiplicidad impresionante de paisajes. Ir pegado a la ventanilla durante el ascenso a la Sierra Norte es obligatorio. Especialmente si aparece la características neblina de la zona. En Cuetzalan podrás encontrar un poco de todo; desde descensos a grutas y cascadas, hasta visitas a zonas arqueológicas, pasando por una sesión en alguno de sus spas, la compra de artesanías en su mercado sabatino o, incluso, agarrar una buen borrachera con yolixpan, uno de los licores locales que, gracias a la altura de Cuetzalan promete hacerte sentir sus estragos más rápido que cualquier otra bebida. Sus lluvias inesperadas, su neblina nostálgica y su colorido cultural lo vuelven en un excelente opción para un fin de semana.
Tequila, Jalisco
La opción al centro del país. En Tequila todo gira alrededor de la bebida espirituosa que heredó el nombre de este lugar. Además de poder disfrutar de sus riquezas culturales y naturales de este pueblo, es posible hacer recorridos guiados a zonas arqueológicas, haciendas, minas destilerías y talleres artesanales que se encuentran rodeando la localidad. A pesar de haber sido fundada en 1530 por los conquistadores españoles, su historia tiene raíces más profundas de las cuales aún es posible encontrar vestigios, pues esta región fue habitada siglos antes por tribus chichimecas, otomíes, toltecas y nahuatlacas. La birria y el pozole son placeres obligados para el paladar. Tanto como el paisaje agavero —declarado Patrimonio Mundial por la UNESCO en 2006— lo será para tus pupilas.
Imagen: Daum | Skycraper City | Ecoturismo genuino Raúl Macías
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