Soy amante de la tecnología. Adoro la tecnología. Estudié electrónica y escribo todos los días acerca de la tecnología. Pero aunque soy fanático de toda la tecnología, también soy fanático de hacer buenas compras y con todo el alboroto alrededor del Black Friday en EEUU me puse a pensar acerca de la tecnología que poseo y de cómo se ajusta a la perfección a mis necesidades, quizás alguno de ustedes se sienta identificado con mi manera de ver el mundo de la tecnología.
Les quiero hablar de mi iPod actual, bueno, más bien de mi falta de un iPod actual. En realidad tengo un iPod Touch primera generación al que no le funciona muy bien el dock ni los audífonos, pero fue una ganga que compré usada. El caso es que sigo extrañando uno de mis mp3 players favoritos: el Zen Creative Nano que ilustra este post. Así es, un reproductor barato, de plástico, de no más de 15 USD y que funciona con una pila AAA que podría llegar a durarle unas 4 semanas, dependiendo del uso. Este es el único punto en contra que tiene, las pilas, pero se puede arreglar con un par de pilas AAA recargables. Pero además graba audio y tiene un control intuitivo que era medio extraño.
Es una basura. Y me encantaba.
Con todo el respeto que se merecen los chicos de Apple a la hora de crear sus bellos -y excesivamente caros- productos, creo que son demasiado si lo que quieres es mantenerlo sencillo. No me gustaría volver a pagar más de 300 USD por un reproductor, estar preocupado porque se podría rayar la parte metálica trasera y comprarle una funda de 20 USD que podría ser más cara que un reproductor que sólo haga lo que quiero: reproducir música.
Además tener más de 20 GB de música y poner shuffle en los productos de Apple puede ser una maldición. Normalmente -no sé qué clase de oscuro algoritmo usen- los reproductores de la manzanita escogen exactamente las canciones más poco apropiadas para cada momento. ¿Cena familiar? quizás el rap con más groserías que encuentre; ¿ponerte romántico con tu novia? Hardcore Speed Gore Metal Vomitivo Escandinavo -aunque quizás a algunos les parezca… ¿sexy?-; ¿vas a correr? una balada aburrida y cansina.
La verdad es que mis necesidades en cuanto a reproductores portátiles de música son sencillas. Necesito unos cuantos álbumes de unos cuantos artistas seleccionados por mi y no por un algoritmo diabólico, unos cuantos podcast (los 3 o 4 distintos que escucho a la hora de correr) y ya. Y eso era lo que hacía mi Zen Creative y además tenía radio FM (¡bonus!).
Quizás lo más importante es que lo podrían confundir con basura verdadera o un juguete de una tienda de todo por un dólar, por lo que era virtualmente imposible que me lo robaran, no como un iPod Classic de 60 GB que tuve alguna vez y que me robaron a mano armada en un autobús de la Ciudad de México (¡saludos!), además de que no me duele cuando se me cae, cuando alguien lo avienta, cuando se le raya la pantalla o si llega a tener un pixel muerto. Y como es tan mediocre, no tengo necesidades de hacer un upgrade cada que sale un Creative Zen nuevo y hacer colas gigantes para obtenerlo sólo porque le cambiaron la forma de la carcasa o porque le pusieron una “S” más al nombre. Es un ahorro instantáneo en muchos niveles.
Creo que esto de usar tecnología “basura” es algo que se ajusta muy bien a mi estilo de vida. Tengo, por ejemplo, una bicicleta que compré usada por menos de 50 USD. Es azul, tiene frenos que no son de disco, tiene 6 velocidades y es justo lo que necesito. Normalmente la estaciono -todos los días- al lado de dos bicicletas de más de 600 USD. Debo decirles que me siento orgulloso de que -básicamente- mi querida bicicleta hace lo mismo que hacen las otras: llevar a una persona del puntoA al punto B. Justo lo que yo necesitaba
Mi cama, mi computadora anterior, mi escritorio, mi teléfono -un nada inteligente Nokia 1200 con ¡pantalla de cristal líquido!-, en fin… casi todo lo que tengo es un poco “obsoleto” según muchos. Pero cumple con su cometido. Normalmente no entiendo por qué habria de gastar mucho dinero en algo si puedo tener algo que funcione igual de bien y pueda durar prácticamente lo mismo por mucho menos dinero. Porque mi Zen Creative sigue en servicio -sólo que yo ya no lo tengo-, y es más viejo que el iPod Touch de 1era generación que tengo.
Quizás muchos digan que no debería decir que soy un tecnoadicto si no tengo un smartphone, una MacBook Pro o una AlienWare con ocho núcleos, si no tengo la última consola del momento y si no uso el sistema operativo más popular. Pero en serio lo soy. Adoro la tecnología, simplemente trato de no tener cosas que no necesito; aunque rompí esa regla este año, que mandé pedir un Kindle Fire. Así que deseénme suerte.
¿Hay alguien que piense igual que yo o soy yo el único pobre y amante de la tecnología basura?
[VIA]
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