Los políticos mexicanos están muy preocupados por los fraudes. Sobre todo los fraudes cibernéticos, encuestadoras compradas y conteos rápidos amañados. Es tanta la preocupación que el Instituto Federal Electoral (IFE) tiene que poner como chorrocientos candados para que “nuestra democracia crezca”, pero sobre todo, para tratar de dar gusto a políticos borloteros que no saben perder. Estos candados encarecen tanto nuestras elecciones que hemos llegado a ser por mucho el país con las elecciones más costosas.
Pero hay otros “detallitos” que estos candidatos no consideran y que posiblemente definen el rumbo de una elección. En este momento no nos referimos a acarreados ni similares, si no a las personas que no las dejan votar por quien ellos quieren. Según el Consejo Nacional para Prevenir la Discriminación (Conapred), 3.4 millones de mujeres en México tienen que pedir permiso a su pareja para decidir por quién van a votar.
¿Y qué pasa si desobedecen? Según una encuesta realizada por el mismo organismo, el 11 por ciento de los mexicanos consideran que es justificable golpear a su mujer si ella desobedece. Y no estamos hablando precisamente de adultos de la tercera edad que fueron “criados a la antigüita”. Los jóvenes de 14 a 17 años son los que más justifican la violencia a las mujeres.
Se le preguntó a los encuestados, en qué ocasiones se justifica pegarle a una mujer, el 78 por ciento dice que a la mujer no se le pega, ocho por ciento no sabe si se le tiene que pegar, seis por ciento por infidelidad, 11 por ciento lo justifica por desobedecer a esposo o padres, cuando se lo busca, cuando lo provocan.
Y es así como en nuestro país no existe la libertad de elección dentro de las mismas familias. Eso significa que si el jefe de familia es de determinado partido, están asegurados para el mismo partido el voto del resto de los integrantes.
¿A alguno de ustedes no les pasó algo similar con sus padres o pareja? A mí me pasa. Todavía no se hacen a la idea que no voy a votar por determinado partido solo porque ellos han votado toda la vida por los mismos colores de siempre. Como si fuera una “tradición” y si no lo haces, es “salirte del huacal”. Lamentablemente vivimos en un país tan machista que las mujeres tienen que ser sumisas hasta para elegir por quién votar. Y los jóvenes tenemos que pasar por una etapa tan complicada que podríamos llamarle “salir del closet” político.
| 3.4 millones de mujeres piden permiso para votar a su pareja
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