Una policía australiana pierde su trabajo por ser adicta al sexo

La australiana Jessica Pafrey fue separada de sus funciones en la policía, después de que fuera acusada de acosar sexualmente a varios compañeros de profesión.

La primera víctima de Jessica fue su supervisor, a quien le pidió tener un encuentro íntimo en un par de ocasiones, sin embargo, la respuesta fue negativa a pesar de la insistencia de la joven.

"¿No podemos simplemente hacerlo y salir, soy una joven de 19 años de edad", sostuvo la oficial, quien tiempo después le ofreció sexo oral a un compañero en el baño de un bar y a otro más, pero ambos la rechazaron.



"Yo sé que ustedes me quieren", les dijo la mujer.

Un oficial más acusó a Jessica de llamarlo 12 veces, de mandarle 6 mensajes de texto y de ofrecerle su asesoría para ayudarlo a aprobar sus exámenes de la policía, sin embargo, la condición era de que por cada respuesta correcta debería de desprenderse de una prenda de ropa.

Tras perder su trabajo, Jessica demandó a la comisaría por su despido, pero su alegato no procedió.

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