Atracan, se hacen tatuajes y lo publican en Facebook.


Una pareja de atracadores que eufóricos por su atraco, se dedican a contarlo por Facebook y, por si cabía alguna duda… encima se hacen un tatuaje conmemorativo, que serviría para confirmar la participación de ambos en el delito. La policía, claro está, agradeció mucho el detalle.
Los dos  “genios” se llamaban John Robert Cole, de 30 años, y Shailee Jane Kingston, de 19, novios y residentes en Ipswich, Inglaterra. Y aficionados al crimen, dado que atracaron una taberna a punta de cuchillo y se llevaron unos 12.000 euros de botín.

La chica estaba tan emocionada con el éxito de su “faenita”, que no dudó en actualizar su estado de Facebook comentando el asunto.  Y después, en plena euforia por el logro, ambos decidieron hacerse sendos tatuajes, cada uno con el nombre del otro y la frase “compañeros en el crimen”.
Un “amigo” bastante poco amigo decidió notificar el sospechoso estado en la red social a la policía. Cuando un par de oficiales la localizaron y se acercaron a interrogarla, se encontraron con un imprevisto que facilitó su labor: el bonito tatuaje que adornaba su piel.
Al ser preguntada por él, la chica no pudo aguantar y confesó todo. Por supuesto, John tenía un tatuaje exactamente igual con el nombre de la chica, con lo cual la relación entre ambos en el delito que ella confesó estaba probada. ¡Así cualquiera!  El juez definió a la chica como “extremadamente inmadura” y a la pareja como “de una chulería increíble”, por atraverse a hacerse semejante tatú. claro está, añadiendo que “tatuar su nombre en ella es difícil de creer”.
John fue el impulsor del crimen: tiene un expediente de delitos de 42 páginas, incluidas varias fugas de la cárcel y otros atracos. Kingston, por su parte, tenía un expediente limpio y era el primer crimen que cometía. Parece que la idea del tatuaje nació de la chica, presa de la adrenalina resultante de su emocionante primer atraco. Algo que nunca se olvida, que duda cabe.
Según su familia, Shailee nunca había dado un problema a sus padres antes de conocer a Cole. Y tampoco tenía tatuaje alguno, cabe añadir. Para colmo, la joven está embarazada del criminal reincidente, aunque la juez sospecha que quizá lo han buscado para mitigar su sentencia.
Por lo visto, el motivo del robo fue una recompensa que Cole tenía sobre su cabeza. Hace unos meses, había testificado contra un motorista que intentó matarle, y que había amenazado con matar a su madre y al hijo que ya tenía de una relación anterior. Quizá en prisión, donde va a estar los próximos 4 años, esté más seguro. O quizá no. El tatuaje, eso sí, no se lo han quitado.

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