Luz verde a la intervención telefónica y la policía encubierta

Puebla.

¿El fin justifica los medios? En lo que puede ser considerada como una sesión maratónica, el Congreso del estado de Puebla aprobó por unanimidad las reformas a los códigos de Defensa Social y de Procedimiento en Materia de Defensa Social que dan luz verde a las intervenciones telefónicas, la participación de la policía encubierta y los cateos a domicilios sin orden de un juez. Ciertamente, medidas polémicas que el ejecutivo del estado, Rafael Moreno Valle, giró al congreso local en aras de “mantener a Puebla como un estado seguro”.

Debido a su posición geográfica, el estado de Puebla enfrenta el riesgo de padecer el efecto cucaracha, mismo que le ha traído muchos dolores de cabeza a entidades como Guanajuato. Bástenos con recordar que Puebla colinda con Veracruz, Guerrero y Morelos, territorios donde la violencia provocada por el crimen organizado ha sufrido un repunte durante este 2011. También vale la pena recordar que tanto Puebla, como su vecino Tlaxcala, son considerados actualmente un foro rojo en la trata de personas, evidente en la prostitución a pie de carretera que se puede apreciar a plena luz del día en la vía federal que une a las capitales de ambos estados.

Sin embargo, ¿hasta qué punto, la situación que vive el estado justifica las medidas aprobadas por su congreso? El gobernador del estado, Rafael Moreno Valle, ha hecho hincapié en que estas reformas no serán utilizadas con fines políticos, electorales o en casos civiles o mercantiles. Serán una facultad exclusiva del Procurador del Estado para investigar y esclarecer crímenes tipificados como graves o relacionados con el crimen organizado; tales como el narcomenudeo, la trata de blancas, el secuestro o el lavado de dinero.

¿Dónde está el problema entonces? Está donde siempre ha estado. En nuestra desconfianza hacia los órganos encargados de la procuración de justicia. Misma que no es gratuita. Preguntémosle al poeta Efraín Bartolomé qué pasó la noche en que —en aradas de combatir al crimen organizado— elementos de la policía invadieron su casa con lujo de violencia. Preguntémosle qué les pasó a sus vecinos que, ciertamente no eran poetas, ni estaban metidos de lleno en el mundo de las publicaciones. A ellos no les repusieron ni un reloj. Con estas medidas, se da luz verde a combatir de lleno al crimen organizado, pero también a los abusos que ya todos conocemos. A final de cuentas, siempre se puede salir con un *Usted disculpe, no es usted el criminal al que buscábamos”.

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