Políticos mexicanos y libros: ¿Cómo salir bien parado de una metedura de pata?

El “resbalón” del candidato del PRI a la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto, continúa siendo motivo de burla, disculpas y explicaciones rebuscadas por parte de sus allegados. A él se le une el “traspié” de uno de sus posibles contrincantes en las elecciones de 2012, el pre-candidato de Acción Nacional, Ernesto Cordero. Quien, durante una entrevista radiofónica, le cambió el nombre a la escritora colombiana Laura Restrepo rebautizándola como Isabel. Ambos lapsus brutus se añaden a una larga lista de equivocaciones, donde figuran personajes como el ex-presidente Vicente Fox o la asambleísta Edith Ruiz Mendicuti. Incluso, la pre-candidata del PAN a la presidencia, Josefina Vázquez Mota, figura de manera discreta en esta lista, tras haber confundido “ciudad” con “región” en el título de una de las novelas más emblemáticas de Carlos Fuentes.

¿A quién no le ha pasado? Todos, en algún momento, hemos metido la pata. Y quizá, igual que le ocurrió a nuestros políticos enlistados, sucedió en el momento menos propicio: cuando buscábamos “pararnos el cuello”, dándonoslas de todas, todas. Lo interesante, más allá de la burlas y la leña de troncos caídos, es cómo justificamos la confusión, los cambios de nombres o, incluso, nuestra flagrante ignorancia. Especialmente cuando nuestra imagen y ego están en juego. Vale la pena detenerse un momento a revisar cómo han buscado salir del paso algunos de nuestros políticos tras meter las cuatro al cometer un error de este tipo. Quién quita y a lo mejor aprendemos una que otra técnica para salvar situaciones penosas.

Peña Nieto: la estrategia de “a montón”

La figura de Enrique Peña Nieto se ha convertido en una prioridad para el Revolucionario Institucional. Además de su ejercito de asesores políticos, cosmetólogos y copys, el pre-candidato cuenta con todo el apoyo de su partido (y tal parece que hasta del novio de su hija). Prueba de ello la está dando la nueva dirigente —temporal— del partido, **Cristina Diaz***. Para ella, olvidar el título de uno, dos o hasta 10 libros no te hace una persona “menos leída”. En cambio, hacer leña del árbol caído sí te vuelve una persona “soberbia”. Esto a propósito de la indignación que le causó que nadie hiciera “tanta alharaca” a propósito del lapsus de Ernesto Cordero. Pero para ella, todo se reduce a que “también olvidó el nombre de un autor y nadie hace tanta alharaca, a todos nos puede pasar, lo que llama la atención es la soberbia de los de enfrente”.

Soberbia que, parece, el ex-gobernador del Estado de México ha tenido que tragarse. Entrevistado por el diario español, El País, Enrique Peña Nieto debió aceptar que su error fue más profundo que la mera confusión de autores. Además de las burlas y las etiquetas en Twitter, a Peña Nieto se le ha reprochado su incapacidad para reaccionar ante situaciones no preparadas. Su reconocimiento del error que lo llevó a confundir títulos y autores, parece darles la razón a sus críticos:

Tuve dos errores: primero, la confusión que tuve en los autores de los libros, que los cité equivocadamente, La presidencia imperial que es de Krauze y La Silla del Águila, que es de Fuentes, simplemente los crucé, o ni siquiera pude dar su nombres exactos, son libros de hace muchos años. Y el otro error, el haber subestimado en algo elemental el hecho de que si asistes a una feria del libro había que estar preparado con algo que era una pregunta obvia sobre libros, lo que simplemente omitimos y reconozco y acepto el error.

E hijo de tigre, pintito. Su hija, Paulina, también debió tragarse la soberbia después de agitar las aguas de las redes sociales con un ReTweet poco afortunado. Tras desaparecer su cuenta “misteriosamente” —y durante un lapso donde reapareció de manera apócrifa—, Paulia Peña regresó a las redes sociales con un mensaje de niña castigada:

@Pau_95Pena
Paulina
Quiero ofrecer una disculpa de todo corazón. Mi intención con ese RT jamás fue ofenderlos. Reconozco que hice mal y lo lamento.
Dec 05 via webFavoriteRetweetReply

Su regreso, explicó en otro tweet, se debió a que comenzaron a pulular cuentas falsas. ¿Su versión de la historia? La versión del padre, claro.

@Pau_95Pena
Paulina
Fue un impulso de mi parte al leer algunos tweets que ofendían a mi papá y a la memoria de mi mamá. Hoy aprendí una gran lección.
Dec 05 via webFavoriteRetweetReply

Ernesto Cordero: la estrategia de “hay otros peores”

Haciéndole justicia a Cristina Díaz, habría que resaltar que a Ernesto Cordero no se le hizo gran alharaca por su lapsus. Aunque en definitiva, el cambio de nombres del “delfín” presidencial no sucedió en el máximo evento editoral y literario del país. ¿Qué dijo Cordero en su defensa? “Hay de resbalones a resbalones”. O, lo que es lo mismo, nos insinúa que hay otros peores que él. El resto de su disculpa a Laura Restrepo siguió el mismo camino sendero, abusando del tono empostado que lo hizo famoso durante su entrevista a Cuauhtémoc Blanco:

Confundir a Laura Restrepo con Isabel, pues a mí, pues igual y me agarraron muy temprano y me apena mucho, porque Laura sí, pues es una autora que a mí me gusta mucho, he leído algunos de sus libros y el que más me gusta, repito, es ‘La isla de la pasión’, que si no lo han leído, léanlo, es una gran historia, es una historia de lealtad, de patriotismo, de un destacamento militar que es abandonado, mexicano, en las Islas Clipperton, y es una gran historia, se la echan en un par de tardes y es una gran historia.

Y a lo que agregó:

Lo que le pasó al compañero Peña pues sí está, y repito, vean el video, y ya no voy a mencionar nada más de esto.

AMLO y Ebrard: construir escaleras con leña de troncos caídos

La paja del ojo ajeno bien no podrá igualarse a la viga de nuestros ojos. Sin embargo, puede ayudarnos a levantar una escalera para ascender en las encuestas de popularidad. AMLO, durante una reunión celebrada en el Club de Banqueros de la ciudad de México, fue cuestionado acerca de cuál era su libro favorito. Con la sorna que podemos deducir de la respuesta, también debemos aprender cómo sacar partido de los errores ajenos. ¿Cuál fue el libro? Ni más ni menos, que la Constitución. Así es, refirió que su mayor inspiración eran los 136 artículos de la Carta Magna. Por su parte, Marcelo Ebrard, actual jefe de gobierno del Distrito Federal, aunque receloso de comentar algo respecto al caso de Peña Nieto, refirió que muchos libros han marcado su vida. Pero sólo especificó dos: El Capital y 18 Brumario, dos libros fundamentales para la izquierda.

Imagen: RIUS

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