Si hay una tarea doméstica que tratamos siempre de dejar para el final, para cuando ya no hay más remedio, es que estamos hablando de planchar. Por mucho que te lo propongas es imposible tardar menos de 5 minutos de reloj en dejar una camisa con un aspecto que no la haga parecer una pertenencia del doctor House y si es posible dejar ese desagradable momento para 5 minutos antes de tener que ponerte la camisa, mejor, a ver si mientras tanto tu madre, tu hermana o tu pareja se apiadan de ti. Pues no, se ha terminado esa asimetría doméstica, nosotros también podemos planchar camisas y pantalones. Eso sí, ayudados de la técnica y de algo tan sencillo que podríamos denominar “un alambre torcío“. Se llama Quirky y cambiará tu vida al mejorar tu aspecto hasta ahora desaliñado.
Una simple compuesta de un fino tubo metálico flexible y un par de topes de plástico. Tan sencillo que estarás una semana dándote capones contra la pared mientras murmuras “pero ¿cómo no se me ocurrió inventarlo?”.
En alguna isla caribeña estará el inventor que seguro se forrará vendiendo unidades de Quirky a todos aquellos a quienes les gusta llevar la ropa bien planchada. Un remedio sencillisimo para introducirlo por la manga o la pernera y dejar que su estructura metálica empuje contra la prenda hasta dejarla bien tirante. A partir de ahí nada más sencillo que pasar la plancha por encima sin temor a dejar ninguna arruga dado que Quirky se encargará de estirar bien estirada la prenda.
Para ajustar Quirky a la anchura de la manga o pernera sólo tendrás que desplazar a lo largo de su estructura las dos piezas de plástico que hay situadas una a cada lado hasta que adquiere el ancho deseado. Unes ambas piezas, introduces Quirky, coges la plancha, golpecico de vapor y palante. ─[Quirky]
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