En el sitio web de las Siervas de los Corazones Traspasados de Jesús y María (sí, existen, no son una broma; y sí, el diseño de su web es lógicamente tirando a retro) me encontré hace un tiempo, o me señalaron, y yo me marqué para hablar de ello alguna vez, una sección de preguntas y respuestas dirigidas a un sacerdote, el Padre Jordi Rivero, sobre los sacramentos. La que me guardé especialmente fue la que dice así:
Padre Rivero:
Tengo mas de 3 años saliendo con mi novia, la amo muchísimo y se que ella es la persona con la cual deseo compartir mi vida. Siempre ha existido respeto y mucha comunicación entre nosotros, mas solo le veo un pequeño problemita, ella es atea, y aunque siempre le he dicho que no me molesta (la verdad es que no me molesta), yo desearía que ella pudiese encontrar el amor de Dios y pudiese creer en El, mas no se como convencerla. La verdad no siento hacer nada malo. ¿Es malo que yo salga con ella?, ¿Que puedo hacer?.
El pobre chico (digo que es un chico, un jovencito, porque espero que lo sea; si es mayor de cierta edad y le pregunta todavía al cura qué hacer, su actitud pasa de patética a desagradablemente inmadura), el chico, digo, quiere que el cura le diga que no hay problema, que lo que importa es el amor, que si van a tener hijos lo piensen bien antes para que no haya conflictos por su educación en la fe: lo habitual. Nadie espera tres años para hacer esta pregunta si no espera que le contesten algo tranquilizador que le permita seguir adelante. Pero el padrecito no colabora.
Antes de contraer un matrimonio cristiano se debe comprender lo que es y distinguirlo del amor al prójimo en general y del matrimonio a nivel natural (sin fe cristiana).
El matrimonio a nivel natural es interpretado de diferentes maneras. Por la ley natural se puede entender que el matrimonio requiere ciertos compromisos que hacen posible la vida común y cada uno los implementa según sus valores y su formación de conciencia. Juan Pablo II: "Desgraciadamente, a consecuencia del pecado original, lo que es natural en la relación entre el hombre y la mujer corre el peligro de vivirse en una forma que no está de acuerdo con el plan y con la voluntad de Dios y, el distanciamiento de Dios implica de por sí, una deshumanización proporcional de todas las relaciones familiares." 30-I-2003
Traduciendo: el matrimonio natural es juntarse con cierto compromiso, como los animales. (Lo toleramos porque ya no podemos forzar a todos a casarse por iglesia.) No está mal, pero los matrimonios donde no está Dios son menos humanos que el resto.
El matrimonio cristiano se fundamenta en Cristo. Es por lo tanto mucho mas que una convivencia entre dos que se aman según las posibilidades del amor humano. Los esposos entregan sus vidas primero a Cristo. En El se unen entre si para vivir un amor sobrenatural. Este amor se fundamenta en los compromisos específicos de la alianza matrimonial cristiana y se vive en el poder del Espíritu Santo. Cristo elevó el matrimonio a la dignidad sacramental. El matrimonio cristiano, nos enseña San Pablo en la carta a los Efesios, es un signo vivo del amor de Cristo y su Iglesia.
Amar a una mujer y casarte con ella no basta. Hay que amar a Dios/Cristo y a través de Él a las otras personas. Tu amor debe ser transitivo. Cristo debe estar en tu cama junto con tu esposa, o más bien, dado que Él no puede estar ahí, tu sacerdote. La Iglesia debe tener la puerta abierta para meterse y opinar sobre tus relaciones maritales.
Me preguntas si es malo que tengas una novia atea ya que su falta de fe no te molesta. Me atrevo a decirte que no te molesta porque no has llegado a comprender lo que es un matrimonio cristiano. A la medida que tengas fe te será importante que ella también la tenga. Los que se aman desean compartir sobre todo su corazón. El corazón del cristiano pertenece a Cristo.
Los ateos son seres defectuosos. Casarte con una novia que no tiene fe es aceptar un desaire. Ella no quiere a tu verdadero amor, Cristo. Si ella no quiere compartir tu fe y eso no te importa, quizás no seas muy buen cristiano. Quizás te estés convirtiendo en un ateo defectuoso como ella.
¿Que puedes hacer? La respuesta depende en la prioridad de tu corazón. Si quieres ser de Cristo debes recordar la Palabra de Dios:
¡No unciros en yugo desigual con los infieles! Pues ¿qué relación hay entre la justicia y la iniquidad? ¿Qué unión entre la luz y las tinieblas? -II Corintios 6,14
Decídete a vivir tu fe dispuesto a todo por el amor de Cristo. Así le permitirás a Dios que te de el discernimiento y el valor para hacer una buena decisión. Piensa que el matrimonio es para siempre.
Ella es una infiel, una inicua hija de las tinieblas, a las cuales te arrastrará. Por amor a Cristo, si no la puedes convertir, abandónala. Que después, si te das cuenta de que fue un error, tampoco te daremos permiso para divorciarte y tendrás que ser un infeliz casado con una atea hasta la muerte.
Qué bellas palabras.
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