Increíble...


Mens sana in corpore… ¿in sepulto? El ejercicio y una dieta equilibrada nos ayudan a llevar una vida sana pero no siempre es sencillo saber dónde parar o hasta dónde seguir a la hora de practicar ejercicio físico para que nuestros sudores obtengan un resultado adecuado tanto como no excederse para evitar lesiones. Afortunadamente un grupo de científicos ha investigado ara averiguar cuál es la cantidad mínima de ejercicio que necesitamos hacer para estar en forma. Se acabó el sudor innecesario.


Al parecer tanta obsesión con estar en forma va a terminar con una buena noticia: necesitamos esforzarnos menos de lo que pensábamos. Al menos para no estar fondones, pero estamos hablando de lo mínimo, olvídate de afrontar un maratón o el Alpe d’Huez si te quedas en este nivel de esfuerzo.


Investigadores de la Universidad McMaster han desarrollado una versión de los esquemas básicos de las rutinas habituales de entrenamiento de los atletas de alto nivel. Estos se basan en intervalos cortos de intenso esfuerzo hasta llegar a la extenuación física alternando con periodos de descanso y recuperación. Hablaríamos por ejemplo de 90 segundos de carrera a máxima velocidad al 90% de la capacidad seguidos de 90 segundos de descanso. Diez repeticiones de esta rutina (una media hora en total) tan solo un par de días a la semana bastarían para que quien lo lleve a cabo pueda mantener una forma física adecuada. ¿Quién no tiene un par de raticos a la semana para sudar?


A pesar de que este entrenamiento nos pueda parece demasiado moderado las pruebas efectuadas durante varias semanas en dos grupos, uno de personas en baja forma y otro de personas con patologías cardiacas han demostrado que los resultados obtenidos no tienen nada que envidiar a otros entrenamientos físicos más exigentes basados en un tiempo de entrenamiento más extenso o un mayor número de días a la semana de practica deportiva.


Estos resultados positivos serian también extrapolables a la población sana o incluso a la que ya practica deporte pero la conclusión parece clara: con un poquito de ejercicio alternando picos de intensidad con descanso basta para no resoplar cuando subimos unas escaleras. ─[Journal of Physiology / New York Times]

| Los científicos...



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