Gambas del tamaño de langostas. Es lo que puedes pescar en aguas de Nueva Zelanda si tienes la suerte de encontrar ejemplares como el de la foto, un crustáceo que puede superar en veinte veces el tamaño de una gamba común, de las de andar por casa. De estas no te tomas una docena del tirón.
En un momento mítico del humor español, el gran Luis Sánchez Polack, “Tip”, nos contaba su vida con una gamba. Seguro que a Mauricita se le hubieran quedado los bigotes tiesos si llega a toparse con este descomunal ejemplar que vivía alegremente a 7 kms de profundidad en aguas neozelandesas. Fue capturado gracias a una cesta que los científicos sumergieron a esas profundidades abismales para tomar muestras de fauna.
Sus parientes más cercanos suelen medir poco más de unos pocos centímetros pero esta nueva especie, quizá debido a lo excepcional de su hábitat, donde la presión es muy inferior a las aguas más superficiales donde habitan especies que podemos comprar en el supermercado pueden ser las responsables del desproporcionado tamaño de este ejemplar de los llamados insectos del mar.
Alan Jamieson, de la universidad de Aberdeen de donde procede el grupo de investigadores que han realizado el descubrimiento reconoce que estos bichos no parecen reales, parecen de juguete e incluso presentan un tacto cerúleo.
Las primeras noticia que se tienen de ejemplares similares datan del año 1.899 aunque después ha pasado más de un siglo hasta volver a tener noticia de uno. En los años 80 se capturó algún ejemplar similar pero regurgitado por una gaviota, lo que casi plantea un enigma mayor… ¿cómo puede una gaviota capturar un bicho que vive a 7 kms de profundidad? [CS Monitor
Gambas de 30 cms
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