Sealtiel Alatriste acusado de plagio


El plagio es una palabra fuerte entre creadores y académicos, es un acto reprochable e imperdonable. Se pone en juego uno de los aspectos fundamentales en este medio: la autoría; y con ella, la razón de ser de quien escribe: su obra. El escritor, el investigador, nos dan su palabra, no sólo en el sentido figurado. Nos entregan un trabajo que puede adolecer de muchas cosas, pero se espera que, a pesar de las carencias, exista un punto indiscutible: el que firma es el que escribe. Por eso, que un escritor sea acusado por sus pares de plagio es un asunto grave que no puede pasar por alto, particularmente si el acusado es el ganador del Premio Xavier Villaurrutia de Escritores para Escritores.
En días pasados, circuló la noticia de que los ganadores de este año fueron Sealtiel Alatriste y Felipe Garrido. La decisión fue tomada por el jurado integrado por Ernesto de la Peña, Silvia Molina e Ignacio Solares, todos ellos, ganadores del Premio Xavier Villaurrutia en sus ediciones de 1988, 1977 y 1998, respectivamente.
La Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), sacó un flamante boletín para contar la nueva. Y es que uno de los ganadores era ni más ni menos que su Coordinador de Difusión Cultural, Sealtiel Alatriste, de quien hicieron un sentida semblanza con santo y seña de los principales logros. De Felipe Garrido sólo se dijo ah, sí, por cierto, compartió el premio con él.
Felipe Garrido ganó el premio por la colección de cuentos Conjuros (editorial Jus) y la nota hubiera pasado más o menos desapercibida -como el resto de la sección cultural-, de no ser porque Alatriste ganó con Ensayo sobre la ilusión (Alfaguara) y Geografía de la ilusión (Taurus). De acuerdo con el acta del jurado, se le otorgó el galardón porque “de una manera original y novedosa y con una estructura limpia aborda el mismo tema desde dos ángulos diferentes”. Los calificativos “original” y “novedosa” llaman particularmente la atención por tratarse de una persona a la que se le ha acusado de plagio.
¿Quiénes son los principales detractores? Gabriel Zaid, poeta y ensayista, ganador del Premio Xavier Villaurrutia en su edición de 1972, y Guillermo Sheridan, escritor galardonado con dicho premio en 1989. Ambos expresaron su desacuerdo en el sitio de internet de la revista Letras Libres. Zaid expuso en una breve, pero contundente entrada:
Una desgracia de la literatura es la cantidad de buenas personas enamoradas de las letras con un amor no correspondido. Una desgracia de la literatura mexicana es que ahora las instituciones millonarias pesan más que el buen juicio lector, cuando apapachan a sus mediocres. Y una desgracia del Premio Xavier Villaurrutia es que haya sido colonizado por la UNAM, que impuso como premiado a su coordinador de Difusión Cultural, Sealtiel Alatriste, un alto funcionario que maneja buena parte de los $2,426 millones del presupuesto de extensión universitaria. Desde tales alturas, favor nos hace con unir su nombre al de Rulfo, Paz, Arreola o Elizondo, que nunca se elevaron a tamaños puestos.
Por su parte, Sheridan fue un poquito más allá. El 25 de enero publicó una entrada que tituló “Un premio mal habido”. En ella recordó que ya en 2008 había comprobado en ese blog tres casos de plagio de Alatriste, y puso otro ejemplo, señal de que no se tratan de casos aislados. Remató diciendo:
También es una pena para las instituciones otorgantes (la Sociedad Alfonsina Internacional, el CONACULTA, el INBA) y para un premio que recibieron Rulfo y Paz, Revueltas y Garro, Elizondo y Zaid, Arredondo y Pacheco…
Es una pena que un escritor engañe: las letras y la inteligencia mexicanas configuraban un espacio de honestidad en un país proclive a la mentira…
Ya no.
Se podría pensar que no son más que comentarios aislados de mala voluntad por parte de feligreses que pertenecen a parroquias literarias distintas. Pero el día de hoy, Proceso sacó un reportaje especial sobre el tema, en el que advierte que el escritor Teófilo Huerta -creador de la frase “regale afecto no lo compre”-, se suma a las acusaciones: “Yo también he denunciado desde hace años al señor Alatriste como violador de los derechos de autor”, y agrega que otros más ya habían hecho lo propio.
Por su parte, Jesús Silva-Herzog retoma el asunto en su blog para advertir en torno a la indiferencia de la opinión pública ante el plagio y a la lectura que se desprende de este hecho:
Ahora que conocemos el plagio de un alto funcionario universitario, poco pasa. Lo denuncian unos cuantos y son tildados por cierta prensa como ¡enemigos de la UNAM! El plagio se trivializa entre nosotros como si fuera una distracción irrelevante, un estornudo intrascendente, cuando es el atentado más grave al solemne pacto de confianza entre quien escribe y quien lee. Un rector que da clases de moral a la nación imparte, con sus nombramientos, lecciones de cinismo. Plagien, nos aconseja. En este país nadie se da cuenta. En este país a nadie le importa, y si a alguien le importara, a mí no.
Al parecer, con o sin quejas, Sealtiel Alatriste recibirá su Premio Xavier Villaurrutia el viernes 27 de marzo en la Sala Manuel M. Ponce del Palacio de Bellas Artes. Sería interesantísimo que alguien se detuviera a analizar las obras que le valieron el galardón y hacer una investigación a ver si no se le pegó por ahí el párrafo de algunos otros, sin ser mencionados.
Personalmente, el plagio me parece un acto grave. En la escuela he sido suficientemente condicionada para citar y citar de manera interminable, casi como si el argumento por autoridad fuera suficiente. Incluso para hacer refritos, procuro tener al menos la decencia de dar mi opinión, reunir y contrastar información, darle el toque personal a lo que escribo. Pero también he sido testigo -¿acaso víctima?- de primera mano de lo fácil que es borrar el nombre del autor y poner el propio, sin el menor reparo. Y ellos son los aplaudidos, los que ganan premios, los conocidos por el mundo, y uno sigue siendo el obrero que, entre más desconocido y más gris, mejor, así pocos o, con suerte, nadie sabrá de dónde salió el escrito aquél que tan a gusto firman las vacas sagradas.
Imagen: Subterráneos

| Otorgan Premio Xavier Villaurrutia a un plagiador, acusan: