No haber sido educados para cuestionar y disentir es una de las principales razones por las que se satanizan posturas como el ateísmo. En mi caso particular creo en Dios, pero respeto el equilibrio que aportan al mundo los ateos que se han atrevido a cuestionar e investigar lo que la mayoría asumimos como verdades absolutas.
Si Cristobal Colón no hubiese cuestionado que la tierra era cuadrada ¿qué tan distinta habría sido la historia?.
Desconceptuando "verdades'.
Bajo los resultados de la encuesta Gallup 2010 donde se revela que solo un 11% de la población dominicana se considera representada a través de los políticos y solo un 7% confía en ellos. Cuando la ciudadanía acepta ir a votar por cualquiera, aún entendiendo que los candidatos actuales no les representan, están colocando su capacidad de razonamiento por el suelo.
Si innovar es hacer las cosas de manera diferente para obtener resultados distintos, votar no es un ejercicio innovador. El voto en los últimos 50 años ha demostrado ser insuficiente para reestructurar nuestro país y transformar la desconfianza colectiva. Por ende se necesitan tomar medidas más drásticas.
Los candidatos actuales insisten en que nos representan y que debemos votar por ellos para ejercer nuestros derechos como ciudadanos. Sin embargo yo reto a cualquiera de los que me leen salir a las calles a buscar personas que sepan cuál es el diputado y el senador que los representa y cómo pueden comunicarse con ellos.
Esos políticos que el día de hoy están en la boleta presidencial no fueron elegidos por personas como yo, los eligió la cúpula de su partido. Todos sabemos que sí un candidato gana las elecciones primarias de su partido, si la cúpula decide no apoyarlo no ganará las elecciones presidenciales.
El pueblo dominicano solo se dirige a las urnas a votar por los candidatos que previamente la cúpula de los partidos políticos y las élites y poderosos han decido apoyar. Esos candidatos no se deben al pueblo sino a su partido porque con él asumieron compromisos previamente.
El problema fundamental no son el PLD, PRD, PRSCS, Danilo, Margarita, Hipólito Mejía, Guillermo Moreno o Max Puig, ¡No!. Nuestro problema radica en que el sistema político dominicano está constituido para que eso suceda y para que los políticos se mantengan en el poder y se reelijan una y otra vez sin tener que dar cuentas al pueblo de lo que están haciendo con nuestro dinero.
Votar en las condiciones actuales es ir a validar ese sistema político que ha demostrado en los últimos 50 años que no funciona para reestructurar este país.
Citando a Denisse Dresser: "Votar por cualquiera o por el menos malo, es ir al mercado y escoger la fruta menos podrida en lugar de no comprar NADA y presionar al vendedor para que venda frutas sanas y de calidad".
¿Votar es ser parte de la solución?
Está demostrado científicamente que debido a aspectos desafortunados de la psiquis humana, en su mayoría los ciudadanos no estamos dotados de lo necesario (independientemente de toda la información que se nos pueda dar sobre un candidato y sus ideales políticos) como para evaluar la calidad de sus ideas.
Y en fin, ejercer el voto, raras veces nos servirá para elegir el mejor candidato. Para lo que verdaderamente nos funciona el voto es para evitar las dictaduras.
Sin embargo, cuando todos los candidatos de un país no cuentan con las mismas oportunidades para proyectarse y prima el derroche de recursos privados para lograr la exposición hacia los electores. El voto consiente se convierte en una especie de dictadura inconscientemente consensuada, donde el ganador será quien cuente con los mayores recursos económicos en lugar de quien aporte las mejores ideas.
En la cadena de restruccturación del sistema político dominicano, votar es solo un eslabón que ejercen una vez cada dos años ciudadanos influenciados por los candidatos que mayor uso de recursos exhiban.
Pedir cuentas, cuestionar, informarse, disentir y organizarse en grupos sociales que ejerzan presión, es la labor más importante para enriquecer la democracia y pedir cuentas a los políticos sobre lo que están haciendo mal y presionarlos.
Votar no restructurará un sistema erigido para proteger precisamente a los políticos. Participar activamente e involucrarse en el cambio los 365 días del año y no solo un día sí.
En este momento, no ir a votar o votar nulo no es sólo la mayor demostración de civismo, si no además el voto más cociente y más digno.
Cada quién es libre de tomar la elección que mejor le convenga, pero el voto no es una obligación. Y si realmente quién vota no cuenta, pues tampoco deberían cobrar impuestos a quien no votó, ¿no?.
¡Todos los ciudadanos nacidos bajo el territorio dominicano cuentan!. Así lo establece la constitución dominicana.
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