¿Para qué querían presuntos Zetas 133 credenciales del IFE?


El día de ayer, la Procuraduría General de Justicia del Estado de Nuevo León detuvo en el municipio de San Nicolás a cuatro individuos sospechosos de operar para el cártel de Los Zetas. Hasta ahí, la nota es similar al montón de noticias que circulan todos los días, la diferencia es lo que les encontraron: un arma, droga, radios nextel, tres pilas, seis cargadores y 133 credenciales del IFE, sí, credenciales del IFE.

¿Para qué querían estos angelitos las credenciales? He ahí la pregunta.

Los presuntos zetas viajaban en una camioneta Odyssey, sin reporte de robo. ¿Entonces por qué los detuvieron? ¡Ah! Porque los muy abusados trataron de evadir una revisión de los policías municipales. Ante la actitud sospechosa, fueron detenidos para realizar una investigación, encontrando el paquete sorpresa que ya se mencionó.
Los detenidos, tres mujeres -una de ellas menor de edad- y un hombre, se identificaron como miembros de la delincuencia organizada y quedaron a disposición de las autoridades federales por la posesión de las credenciales, el arma y la droga. De acuerdo con sus primeras declaraciones, las 133 micas del IFE les fueron entregadas por un sujeto que es integrante del cártel de Los Zetas.

El Ministerio Público local solicitó su respaldo a la Procuraduría General de la República y al IFE para saber si son credenciales auténticas, apócrifas, si existen los titulares de la mica o si se trata de gente asesinada por el crimen organizado o bien de desaparecidos o de víctimas de trata de personas.

Lo que nos regresa al misterio original: las credenciales del IFE. Y es que conjeturas se pueden hacer muchas. En alguna ocasión tomé un curso de seguridad civil -o algo parecido- y entre las varias recomendaciones que nos dieron, estuvieron las referentes a las credenciales de elector. Yo nunca había puesto atención en eso. De hecho, había perdido un par y nunca le di mayor importancia, más allá de la molestia derivada de ir a tramitar el repuesto. El especialista nos advirtió que en caso de robo era muy importante ir a levantar el acta correspondiente y especificar que entre las pertenencias iba la identificación del IFE. Explicó que esto era así porque, además de que les daba nuestra información personal que podían usar para algún ilícito, la credencial misma también nos podía involucrar en un acto delictivo.

“Imaginen que les roban su credencial y que luego aparece en una escena de crímen, por ejemplo, homicidio, de entrada, ustedes ya están involucrados, sin ni quiera saberlo”. Vaya, la observación me sorprendió. Mi indiferencia cambió por preocupación y desde entonces vivo con la espinita de qué tal si un día aparecen mis credenciales de elector en una escena de crimen. Ahora, las veces que me han robado la bolsa, con todo y credenciales, levanto el acta correspondiente.

Entonces, ¿qué hacían estos sujetos con 133 credenciales del IFE? Creo que las primeras indagatorias van en el sentido correcto. Ver si son auténticas o no. Si son auténticas, ver si los titulares existen, si fueron sujetos de pérdida o robo, o si engrosaron las filas de muertos y desaparecidos, o, yo tengo otra hipótesis: estamos en tiempo electoral, para nadie es un secreto que se hacen chanchullos con las credenciales, ¿será que es parte de las actividades que sabemos e ignoramos -oximorónicamente- de la injerencia del crimen organizado en las elecciones? Habrá que investigar, porque en cualquier escenario, la posesión de credenciales constituye en sí mismo un hecho que no puede pasar por alto.

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