Puede parecer una escena de Saw, pero tristemente se trata del mundo real. Una dentista polaca de 34 años, probablemente trastornada, tuvo la genial idea de pagar sus frustraciones con su expareja al arrancarle todos los dientes. El denticidio comenzó de manera inocente al acudir él a su consulta de urgencia, a causa de un dolor de muelas, lo absurdo es que lo hizo días después de haberla dejado.
El hombre de 45 años, que o bien no pudo pensar con claridad al tratarse de una urgencia o bien no tiene muchas luces y tampoco creyó que su locura podía llegar hasta tal punto; su visita le ha costado cara.
La dentista alega que al principio quiso actuar con profesionalidad, pero luego al verle ahí tumbado creyó tener una oportunidad de tomarse la justicia por su mano, le sedó y le arrancó los dientes uno a uno. Luego le cubrió la boca con vendas y dijo que a causa de “complicaciones” debería acudir a un especialista.
Cuando el hombre volvió a su casa comprobó horrorizado delante del espejo que ya no tenía dientes. Lo más triste del tema es que la mujer no parece estar arrepentida y hasta parece justificarse, lo que demuestra su locura y ego desorbitado, que probablemente explica el que la hubiera dejado.
Sorprendentemente parece que sólo la inhabilitarán y que como mucho podría estar 3 años en la cárcel, sin que por supuesto esté obligada a tener que pagar la reconstrucción completa de la boca, ya que el coste es tan alto que no podría pagarlo ni aunque le embargasen el sueldo de toda su vida.
Supongo que si él hubiera sido Bill Murray y la dentista Steve Martin la historia hubiera sido diferente, o al menos todo habría sido voluntario.
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